Enfoque de economías transformadoras 02
La economía convencional, heredada de la sociedad industrial, se concibe como un sistema lineal, cerrado y autosuficiente que ignora e invisibiliza los ciclos naturales y los ámbitos físico, social y cultural de los que depende para el propio proceso económico. Esta perspectiva reduce su concepción del “trabajo” a lo que ocurre en el ámbito comercial y se realiza a cambio de un salario, dejando fuera una enorme cantidad de trabajo de cuidados, que desaparece por no ser trasladable a una cuenta de resultados y que son , sin embargo, esencial para la reproducción de la vida.
Asimismo, es un sistema basado en una lógica de crecimiento continuo y acelerado, que no reconoce los límites físicos del planeta y sus necesidades de regeneración, y que confunde la producción con la extracción de recursos, al punto que habla de “producir”. “petróleo o hierro, cuando en realidad lo que se está produciendo es la extracción de un bien preexistente y finito. Por otra parte, su afán por monetizarlo todo llega a situaciones tan paradójicas y carentes de lógica como la consideración, vía PIB, de que fenómenos como las guerras o los desastres meteorológicos son generadores de riqueza; porque esta destrucción es una forma monetariamente cuantificable de generar nueva actividad y, por tanto, nuevos beneficios.

Economía Social y Solidaria (fuente: REAS)
Así, este sistema económico, en lugar de satisfacer las necesidades de toda la población de forma justa y equitativa y hacerlo de forma respetuosa con el entorno del que procede, lo que acaba generando es una profunda acumulación de riqueza para unas pocas personas mientras grandes capas de la población es explotada, marginada y excluida, y está destruyendo los recursos finitos generados durante miles de años así como la biodiversidad del planeta, cambiando el clima hacia horizontes difíciles de conciliar con la vida en el planeta. Pero esto no tiene por qué ser así. La economía no es algo neutro ni existe una única forma de entenderla, sino que, al contrario, ha habido muchas formas de llevarla a cabo a lo largo de la historia, y como vemos, el capitalismo no es la menos mala de ellas, como suele ser el caso. decir.
Actualmente existen muchas corrientes críticas que cuestionan todas estas cuestiones y que ofrecen otras fórmulas para satisfacer nuestras necesidades dentro del paradigma de la sostenibilidad de la vida. La economía feminista, ecológica o social y solidaria son corrientes de pensamiento, junto con los movimientos sociales, que no sólo revisan estos mitos y preceptos, deconstruyendo y reformulando conceptos como “economía”, “producción”, “trabajo” o “progreso”, sino ofrecer alternativas para la creación de otros marcos económicos inclusivos, justos y sostenibles.
Podemos englobar estas y otras economías críticas bajo el término “Economías Transformadoras”. Según Álvaro Porro, del Comisionado de Economía Social, Desarrollo Local y Política Alimentaria del Ayuntamiento de Barcelona y uno de los primeros teóricos del concepto, “las economías transformadoras son ese ecosistema vibrante de prácticas económicas y empresariales que de alguna manera van más allá de las más convencionales, basadas en en poner en el centro elementos distintos a la rentabilidad del capital. Aquí encontramos un ecosistema muy variado y diverso, donde existen realidades muy antiguas y relativamente sólidas, o al menos con actores de relativa solidez económica y financiera, y realidades más nuevas o más desmonetizadas, en la frontera de lo que comúnmente entendemos por economía que es difícil de definir pero que sin duda aportan prácticas transformadoras.” Este autor elaboró una taxonomía para entender la riqueza, diversidad y complementariedad de este ecosistema para que también podamos sentir que en la pluralidad también hay algo común.

Ecosistema de Economías Transformadoras . (Fuente: Álvaro Porro)
Para una mejor comprensión, detallaremos algunos rasgos diferenciales de algunas de estas corrientes:
La Economía Solidaria:
Propone la incorporación a la práctica empresarial de lógicas de cooperación, apoyo mutuo y participación, que establezcan escalas salariales justas y proporcionales, bajo prácticas sociales y ambientales transparentes y responsables que no busquen el lucro y la acumulación sino la calidad de vida de las personas y su entorno. . Apuesta por acercar los procesos de producción y consumo para reducir los impactos ambientales asociados al transporte y la distribución y reubicar la riqueza en los territorios a través de canales cortos que reduzcan los intermediarios y revaloricen la actividad productiva en origen.
como se indica en el portal de Economía Solidaria : “La Economía Solidaria es un modelo económico a la vez que un movimiento social que busca incorporar a la gestión de la actividad económica los valores universales que deben regir la sociedad y las relaciones entre todos los ciudadanos: la equidad, la justicia, la sostenibilidad y la democracia directa, así llevar estos valores a las actividades de producción, distribución y consumo, y así generar otra forma de hacer economía basada en valores nuevos, más justos, solidarios y sostenibles”. Estos valores están incluidos en el Carta de Principios de la Economía Solidaria , la columna vertebral de este modelo.
Bajo este nuevo paradigma económico, encontramos cientos de empresas que operan bajo otras lógicas, poniendo la sostenibilidad de la vida en el centro de su actividad y ofreciendo alternativas éticas, sostenibles y solidarias para satisfacer la gran mayoría de las necesidades de productos y servicios que tenemos. tener. hoy. Muchos de ellos se agrupan en REAS Red de Redes , red confederal a nivel estatal y principal representante de este modelo económico con más de 25 años de experiencia en el Estado español.
La Economía Ecológica:
Establece la necesidad de incorporar el valor económico del flujo de materiales, desde su extracción hasta el tratamiento y eliminación de residuos, para que vuelva al ciclo económico, así como adaptar la lógica de producción a los procesos productivos. funcionamiento de la naturaleza y respetar y adaptar la producción a sus capacidades y ciclos.
como se recoge por Ecologistas en Acción,“La economía ecológica es una ciencia que estudia la viabilidad en términos de sostenibilidad del modelo económico, a través de los flujos de materiales, energía y residuos que se necesitan. A diferencia de la economía convencional o neoclásica que pretende perseguir el crecimiento económico a través del uso óptimo de insumos y factores de producción. La economía ecológica no es una rama de la teoría económica sino un campo de estudio transdisciplinario, por lo que se fusionan diferentes áreas de conocimiento para poder enfrentar problemas complejos. El centro del enfoque es la sustentabilidad, a través del conocimiento de la interacción de la economía como subsistema de la biosfera de la cual depende desde el punto de vista biofísico y la necesidad de que la economía se desarrolle dentro de los límites ecológicos de la Tierra (…) Por tanto, la Ecología económica estudia las relaciones entre el sistema natural (biosfera) y los subsistemas sociales y económicos que en él se desarrollan, con especial énfasis en la inviabilidad del crecimiento económico continuo que choca con los límites físicos y biológicos de los ecosistemas. Una economía que se desarrolla dentro de los límites de la naturaleza y en términos de justicia social son centrales para la economía ecológica, aspectos que no son centrales para la economía convencional. La economía ecológica estudia las relaciones entre el sistema natural (biosfera) y los subsistemas sociales y económicos que en él se desarrollan, poniendo especial énfasis en la inviabilidad del crecimiento económico continuo que choca con los límites físicos y biológicos de los ecosistemas. Una economía que se desarrolla dentro de los límites de la naturaleza y en términos de justicia social son centrales para la economía ecológica, aspectos que no son centrales para la economía convencional. La economía ecológica estudia las relaciones entre el sistema natural (biosfera) y los subsistemas sociales y económicos que en él se desarrollan, poniendo especial énfasis en la inviabilidad del crecimiento económico continuo que choca con los límites físicos y biológicos de los ecosistemas. Una economía que se desarrolla dentro de los límites de la naturaleza y en términos de justicia social son centrales para la economía ecológica, aspectos que no son centrales para la economía convencional.
Economía feminista:
Pide ampliar el concepto de economía más allá de lo que sucede y se intercambia en el mercado, incluyendo todo trabajo de cuidados sin el cual la vida no sería posible y que en la mayoría de los casos quedan fuera de consideración. económico, como el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Incorporar una perspectiva de género, teniendo en cuenta el impacto desigual de la actividad económica entre hombres y mujeres y entre ellos desde una perspectiva interseccional.
En términos generales, tal y como apunta la economista sevillana Astrid Agenjo, hay tres aspectos clave sobre los que pivotarían las diferentes perspectivas que podemos englobar dentro de la Economía Feminista:
- La intención es subrayar los límites de lo que se entiende precisamente por “economía” (ya hemos argumentado que la economía va “más allá del mercado, pero ¿cuánto más allá? ¿O más allá de aquí?”).
- Se busca analizar el papel de las relaciones de género en él (¿se trata de añadir una variable más que nos permita obtener datos desagregados o de cuestionar el análisis en su conjunto utilizando el género como categoría central? ¿Cómo introducimos otros ejes de opresión?). .
- Plantea el compromiso feminista que la propia teoría tiene con la transformación de las desigualdades, con la acción política (pero ¿cuál es el grado de transformación que estamos considerando? ¿Y qué conocimiento se considera válido para ello? ¿Quién lo genera? ¿Desde dónde?)
Economía circular:
Se puede definir como: “un sistema regenerativo en el que la entrada de recursos y residuos, las emisiones y las fugas de energía se reducen al mínimo ralentizando, cerrando y estrechando los circuitos de materia y energía”, en palabras de Martin Geissdoerfer.
La Economía Circular no está sujeta a un sistema sociotécnico específico, sino que implica una transformación de todos los procesos de producción y consumo. En el mundo de los negocios, la Economía Circular ha dado forma principalmente a las prácticas de gestión y reciclaje de residuos, mientras que las prácticas de reutilización o refabricación de materiales y la reducción sistemática del consumo de materiales aún son raras. Sin embargo, algunas empresas están trabajando cada vez más para extender el ciclo de vida de sus productos ofreciendo servicios de mantenimiento y reparación.
Economía del Bien Común:
La Economía del Bien Común sitúa al ser humano ya todos los seres vivos en el centro de la actividad económica. Traduce los estándares para las relaciones humanas, así como los valores constitucionales, en un contexto económico y recompensa a los actores económicos por comportarse y organizarse de manera humana, cooperativa, ecológica y democrática.
El funcionamiento básico es el siguiente: Las empresas elaboran un balance del bien común: utilizando la matriz del bien común, los resultados muestran la contribución de una empresa al bien común. Está claro lo justos, sostenibles y transparentes que son. Los productos reciben una etiqueta ECG con la puntuación de Bien común, lo que permite a los clientes tomar decisiones verdaderamente informadas sobre los productos y servicios que compran y consumen. Las políticas económicas brindan ventajas a las empresas de ECG: a través de impuestos e incentivos, las empresas de ECG se vuelven competitivas en precio y más exitosas en el mercado.

Matriz del bien común (Fuente: Economía del Bien Común)
Economía popular e informal:
El sector popular o informal de la economía es muy importante ya que muchas personas, particularmente en el Sur global, dependen de él para su sustento. Por ejemplo, tres cuartas partes de la población de Malí está involucrada en la economía informal.
La economía popular consiste en actividades económicas que no están cubiertas por arreglos formales como impuestos, protecciones laborales, regulaciones de salario mínimo, beneficios por desempleo o documentación. Muchos trabajadores por cuenta propia, microempresas, comerciantes y prácticas de ayuda mutua son parte de la economía popular. La economía popular no es lo mismo que la economía solidaria, pero está alineada de muchas maneras porque los actores muchas veces encuentran formas colectivas de satisfacer necesidades sociales y económicas, como círculos de préstamos, comedores populares, ayudas mutuas, sistemas de seguros mutuos, etc. etc. . .
Economía colaborativa:
Un modelo económico definido como una actividad de igual a igual (P2P) de adquirir, proporcionar o compartir el acceso a bienes y servicios que a menudo es facilitado por una plataforma en línea basada en la comunidad. Comunidades de personas han compartido el uso de activos durante miles de años, pero la llegada de Internet ha facilitado que los propietarios de activos y aquellos que buscan utilizar esos activos se encuentren. Este tipo de dinámica también puede denominarse economía colaborativa, consumo colaborativo, economía colaborativa o economía entre pares.
Economía del regalo:
La economía del regalo se refiere a la actividad económica caracterizada por ofrecer servicios y bienes a otros miembros de la comunidad sin esperar una recompensa monetaria. Dar cosas a otras personas puede basarse en el altruismo puro, el deseo de ganar estatus en la sociedad, la esperanza de obsequios recíprocos en el futuro o por un sentido de obligación mutua. Una economía del regalo desafía la economía convencional que supone que los individuos maximizan la utilidad en función de las ganancias monetarias observables. La economía del regalo otorga mayor valor a las relaciones cualitativas entre personas dependientes. La economía de los productos básicos otorga mayor valor al comercio cuantitativo de bienes.
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En conclusión, todas estas tendencias y propuestas ponen de relieve la necesidad de abordar los impactos sociales y ambientales del sistema económico actual y en conjunto conforman una batería de modelos y prácticas económicas formales e informales que proponen alternativas al modelo económico. dominantes y que ponen el cuidado de las personas y del planeta por encima del equilibrio económico.