El método de coproducción se puede utilizar en el propio proceso de diseño de la moneda para superar algunos de los problemas citados anteriormente. Sin embargo, debido a que las necesidades, los activos y los objetivos son únicos para cada individuo y comunidad, no existe un plan de coproducción definitivo. Más bien, deberían considerarse ciertos principios rectores.
Por ejemplo, dentro de un proyecto de moneda, la coproducción debería implicar:
- Desarrollar las capacidades existentes de las personas.: Identifique las fortalezas y los activos que aportan. Apoye activamente a las personas para que los utilicen en todas las etapas del proyecto monetario.
- Mutualidad y reciprocidad: Ofrecer a los interesados una gama de incentivos que les permitan trabajar en relaciones recíprocas con los profesionales y entre sí, con expectativas compartidas y gestionadas.
- Redes de apoyo entre pares: Involucrar a redes personales y de pares junto con expertos en divisas es la mejor manera de transferir conocimientos.
- Distinciones borrosas: Reducir las barreras entre profesionales y destinatarios, y entre productores y consumidores, reconociendo que las personas son realmente expertas en sus propios hábitos y necesidades y, como tales, en cómo una moneda podría alinearse con ellos.
- Facilitar en lugar de ofrecer: Ver la moneda como un catalizador y facilitador del cambio más que como el agente central del cambio en sí.
- Reconocer a las personas como activos: Ver a las personas como socios iguales en el diseño y entrega de la moneda, en lugar de receptores pasivos y cargas para el proyecto.